sábado, 31 de octubre de 2015

¿Máquinas de movimiento perpetuo? ¿Energía gratis? Va a ser que no...





Desde que el hombre empezó a fabricar máquinas o dispositivos para ser utilizados en la realización de algún trabajo, la idea de diseñar artilugios que los hicieran funcionar sin la necesidad de la fuerza muscular humana o de los animales fue muy atractiva. Desde entonces, la historia de la ciencia y del desarrollo tecnológico están plagados de infinidad de intentos de creación de móviles perpetuos: máquinas capaces de funcionar eternamente sólo a partir de un impulso inicial, produciendo un movimiento continuo en el tiempo sin necesidad de aporte de energía externa adicional. La cuestión no es menor, pues si se consiguiese construir este tipo de máquinas, se pondría fin al grave problema energético al que nos enfrentamos. Máquinas funcionando sin consumo energético: coches sin combustible, electricidad gratis… ¿te imaginas la increíble revolución que supondría este hecho?.

Seguro que has visto por internet alguna teoría sobre como las grandes multinacionales de la energía, petroleras y compañías eléctricas, compran, tapan la boca o incluso hacen desaparecer misteriosamente a grandes “científicos altruistas” que han diseñado máquinas de movimiento perpetuo o de producción de energía “gratis”. Pues va a ser que no. Por muy “malvadas” que puedan ser estas compañías no necesitan hacer nada de esto. Y no lo necesitan por una sencilla razón: el móvil perpetuo es físicamente imposible.


En esta entrada explicaremos los distintos tipos de móviles perpetuos que a lo largo  de la historia se han afanado en construir y mostraremos como las leyes de la naturaleza nos indican la absoluta imposibilidad de que tal quimera pueda hacerse realidad. Vamos allá.

jueves, 30 de julio de 2015

Primer cumpleblog!




Estamos de enhorabuena! Parece que fue ayer cuando empezó este humilde blog de ciencia y ya hemos llegado a un año.

Un año de profundos cambios en mi vida. Momentos malos, regulares, buenos y muy buenos... Supongo que de esto trata vivir.

Un año de blog con 14 entradas y alrededor de 14.000 visitas, unos números modestos pero que me han dado grandes satisfacciones. Primero, por todo lo que he aprendido y disfrutado elaborando cada una de las entradas que he publicado; y segundo, y no menos importante, por la gran satisfacción que he sentido cuando alguien me ha comentado que le ha gustado una entrada, o que ha aprendido algo nuevo leyéndola.

Últimamente mis obligaciones no me permiten escribir todo lo que me gustaría, por lo que tengo el blog algo abandonado, pero me he prometido sacar tiempo de donde sea y seguir con ello, no puedo dejarlo, ¡No existe terapia más barata! 

A lo que vamos: que un año... es un año! Y hay que celebrarlo. No se me ocurre otra forma de hacerlo que reuniendo todas las entradas en formato libro y colgándolo en la red para su descarga gratuita. Sinceramente creo que no me ha quedado mal del todo, aunque puedes juzgarlo tú mismo en el enlace de abajo.

El título del libro es: "No busques fantasías: Nada más sorprendente que la propia naturaleza". Y es que en la naturaleza es donde encontramos los hechos más fascinantes, más sorprendentes aún que cualquier fantasía imaginada.

Y de momento poco más que añadir, únicamente darte las gracias por estar leyendo estas líneas y esperar que el libro sea de tu agrado.

Gracias y hasta pronto!




Puedes visualizar y descargarte el libro en formato pdf en el siguiente enlace:

No busques fantasías: nada más sorprendente que la propia naturaleza

El archivo está alojado en Dropbox. Puede que te salga una ventana de crear cuenta o iniciar sesión, simplemente cerrando esa ventana ya podrás visualizar y/o descargar el archivo.



NOTA 1Esta entrada participa en el XLIX Carnaval de Química alojado en el blog 'Radical Barbatilo' de @JGilMunoz.


 

jueves, 28 de mayo de 2015

ENTROPÍA: MOTOR DEL CAMBIO






¿Te has preguntado alguna vez por qué las cosas suceden en el sentido temporal del pasado hacia el futuro? ¿Por qué las cosas tienden a desordenarse? ¿Por qué el calor fluye de los sistemas más calientes a los fríos? Aunque te parezca que estas preguntas no tienen una relación directa, sí que la tienen.

En esta entrada intentaremos dar respuesta a éstas y otras preguntas. Nos ocuparemos de uno de los conceptos más poderosos e incomprendidos de la física: la entropía. Son varias las concepciones con la que se relacionan la entropía: grado de desorden, fracción de energía no aprovechable,  indicador de la flecha del tiempo... ¿Qué es verdaderamente la entropía? ¿Qué implicaciones tiene? A continuación intentaré dar respuesta a estas preguntas, como siempre de la manera más comprensible que pueda. Vamos allá!





1. ¿Qué es la entropía? Punto de vista termodinámico.



Cuando se desarrollaron los motores térmicos en el siglo XIX, se observó que sólo una pequeña parte de la energía aportada por el combustible se transformaba en trabajo (movimiento del pistón de un motor, por ejemplo). Ingenieros y físicos se afanaban por conseguir mejores rendimientos en los motores, sin poder establecer el motivo por el que nunca conseguirían un rendimiento del 100%. ¿Cuál era el motivo de esta imposibilidad? ¿Se debía a problemas técnicos de diseño o a una imposibilidad física?

En la década de 1850 el físico y matemático Rudolf Clausius asimiló el término "entropía" a esta fracción de energía que no podía ser aprovechada para producir un trabajo. Concretamente, la termodinámica define la entropía como una magnitud física relacionada con la fracción de energía de un sistema que nunca podrá transformarse en trabajo útil. En otras palabras, si yo dispongo de una cantidad de energía, nunca podré utilizarla por completo para realizar un trabajo, siempre habrá una parte de la misma que se disipará, se degradará, caracterizada por la entropía. La entropía impone una limitación insalvable a la utilización completa de la energía para producir trabajo. 

Por otro lado, la energía se puede presentar bajo diferentes tipos. Podríamos decir que desde el punto de vista de capacidad de producir trabajo, hay diferentes "calidades de energía". Podemos encontrar energía química, energía térmica, energía sonora, energía lumínica... Y unos tipos de energía son más aprovechables que otros. Siempre que producimos un trabajo se produce una transformación de energía de tal manera que una parte de la energía se degrada, transformándose en energía térmica no utilizable. Parece que la naturaleza nos impone "el pago un peaje" cuando queremos producir un trabajo. 


2. ¿Qué es la entropía? Punto de vista de la Mecánica Estadística.


A finales del siglo XIX el físico austríaco Ludwig Boltzmann, padre de la mecánica estadística, estableció el camino hacia la obtención de una expresión matemática para el cálculo de la entropía:

S = k log W 

La entropía es igual al producto de una constante (k) por el logaritmo de W.

Donde:

S = entropía.
k = constante de Boltzmann (constante introducida para que la entropía tenga unidades consistentes con la entropía definida en termodinámica)
W = número de microestados compatibles con la descripción de un macroestado. (Un poco más adelante explicaremos que quiere decir esta frase)




Tumba de Boltzmann en el Cementerio central de Viena con la fórmula de entropía

Expliquemos esta fascinante ecuación, que relaciona el mundo macroscópico con el microscópico.

La ecuación relaciona la entropía (una magnitud macroscópica) con el número de posibles configuraciones de los componentes microscópicos de un sistema que dan lugar a un macroestado concreto.

De esta manera, la entropía queda definida por un simple número (el número de microestados posibles). Para que la entropía calculada mediante esta expresión tenga las mismas unidades que la definida por Clasius, se introdujo la constante de Boltzmann: "k".


¿Y qué es eso del macroestado y los microestados de un sistema? 

Cualquier sistema puede ser descrito mediante su "macroestado" o su "microestado". 

El macroestado de un sistema es el estado del mismo descrito por las características que podemos observar o medir directamente a nuestra escala. Por ejemplo, un gas encerrado en un recipiente podemos caracterizarlo mediante su temperatura, volumen, presión, color, etc...

Y el microestado de un sistema es aquel estado que está descrito por las características microscópicas del mismo, por sus constituyentes básicos, que no podemos observar o medir directamente a nuestra escala. Por ejemplo: en teoría podríamos describir un gas encerrado en un recipiente mediante la velocidad de cada una de las moléculas que lo forman.

Para que quede más claro pondremos un ejemplo. Observa el siguiente dibujo:


 

En el mismo se representa un gas contenido en un recipiente desde un punto de vista de su macroestado y su microestado. 

Podríamos describir el estado de este sistema como un gas rojizo, que se encuentra a una temperatura dada, ejerce una presión concreta contra las paredes del recipiente que lo contiene y ocupa un volumen: sería la descripción del estado macroscópico. 

Otra manera de describirlo sería como un gas formado por una ingente cantidad de moléculas de algunos compuestos diferentes que se mueven cada una de ellas a una velocidad y dirección concreta, por lo que tienen también en general diferentes energías (cinética y potencial): sería la descripción del estado microscópico.

La gran importancia de la ecuación de Boltzmann radica en que con una simple relación matemática, se relaciona el mundo macroscópico (por medio del valor de "S", la entropía), con el mundo microscópico (a través de "W", el número de microestados compatibles con un macroestado dado).

De esta manera, el macroestado de un sistema puede ser compatible con un elevado, más bien elevadísimo, número de microestados posibles. Cuanto mayor sea este número de microestados, mayor será el valor de entropía. Me explico, volviendo al ejemplo de la figura anterior:

Hay infinidad de microestados posibles que dan lugar a las mismas condiciones definidas por el macroestado. Por ejemplo, si el gas se encuentra a una temperatura de 40 ºC y una presión de 1,2 atm, hay una infinidad de microestados posibles que dan lugar a este macroestado. 

La temperatura no es más que una medida indirecta que depende de la velocidad de las moléculas individuales del gas. Cuanto mayor es la velocidad de las moléculas, mayor es la temperatura. Es fácil asimilar que la velocidad no será la misma para todas las moléculas. Éstas chocan unas con otras y con las paredes del recipiente, en una serie de movimientos caóticos a diferentes velocidades. La temperatura del gas depende del promedio del conjunto de velocidades de las moléculas. De esta manera, para que la temperatura sea de 40 ºC tenemos muchísimos microestados posibles que dan lugar a la misma. La clave está en que el promedio de las velocidades sea el mismo. En cada uno de estos microestados diferentes, moléculas diferentes podrán tener diferentes velocidades, y encontrarse en posiciones diferentes en un tiempo dado, de tal forma que aún así en promedio siga dando lugar al mismo macroestado. 

La entropía está relacionada con éste número de posibles microestados diferentes que dan lugar a un mismo macroestado. Así, cuantos más microestados compatibles haya, mayor será la entropía.


3. Entropía: evolución de los sistemas. Desorden y flecha del tiempo.


Todo cambia, nada permanece. Es un hecho obvio que las cosas, los sistemas, no son inmutables. Lo observamos en nosotros mismos y en todo lo que nos rodea. Nosotros envejecemos, las cosas a nuestro alrededor se desgastan, se degradan... ¿A qué puede ser debido esto? ¿Por qué se empeña la naturaleza en cambiarlo todo? Aquí radica el gran poder del concepto de entropía, y está relacionado con la Segundo Principio de la Termodinámica. Hay diversas formas de enunciar este principio. Una de ellas podría ser la siguiente:

"Un sistema aislado evoluciona de tal forma que su entropía nunca puede disminuir"


Explicaremos esto mediante un sencillo ejemplo.

Tenemos seis fichas numeradas y colocadas tal como se muestra en la siguiente figura:




Para este experimento, vamos a definir los siguientes macroestados:

- "Fichas colocadas en cualquier orden"

- "Fichas colocadas justamente en el orden 1, 2, 3, 4, 5 y 6"


Empezamos a mezclar las fichas:




Y con los ojos cerrados, colocamos las fichas en fila una tras otra. ¿Qué esperarías encontrar?

Una posible configuración sería esta:





O por ejemplo esta otra:





O cualquier otra que se te ocurra. ¿Pero qué pensarías si tras mezclar las fichas éstas quedasen de la siguiente manera?





Las fichas están colocadas justo en el mismo orden que al principio de comenzar el experimento. ¿Magia?... En realidad esta configuración (este microestado) tiene la misma probabilidad que cualquier otro que se te ocurra. Entonces, ¿por qué piensas que es muy difícil que aparezca justo este orden?

El responsable, como sospecharás, es la entropía.

Piensa en el número de microestados compatibles con los macroestados definidos.

Para el macroestado "fichas en orden" existe un único microestado compatible, la configuración en la que las fichas quedan ordenadas de la manera que hemos especificado. Según la ecuación de Boltzmann, el valor de entropía aquí es muy bajo.

Sin embargo, para el macroestado "fichas en cualquier orden" hay muchos más microestados posibles. Para este sencillo experimento, el número de microestados compatibles lo podemos calcular como el factorial de 6 (6!) menos 1 (el microestado que corresponde a las fichas en orden). Así, el número de microestados es: 6x5x4x3x2x1 - 1 = 720 - 1 = 719 microestados posibles. El valor de entropía aquí es mucho más alto.

De esta manera, tras realizar el experimento, la probabilidad de obtener el sistema "ordenado" es del 0,14 % (1/720), y la probabilidad de que obtengamos el sistema desordenado es del 99,86 % (719/720). Queda claro que lo habitual es que siempre obtengamos el sistema desordenado.

En este ejemplo se pone de manifiesto que la evolución de los sistemas corresponde con un aumento de entropía, simplemente porque la probabilidad de que el sistema evolucione a un estado desordenado (de mayor entropía) es mucho mayor que la correspondiente con la evolución a un sistema ordenado (de menor entropía).  Este es el motivo por el que se relaciona el aumento de entropía con el aumento del desorden.

El Segundo Principio de la Termodinámica marca además una característica particular y única en la física: implica una dirección temporal de los procesos. Expliquemos esto con más detalle.

En física clásica las leyes son reversibles. Esto quiere decir que funcionan igual de bien hacia delante o atrás en el tiempo. ¿Cual es el motivo entonces de no observar fenómenos que identifiquemos como que suceden hacia atrás en el tiempo?


Piensa ahora que grabamos en vídeo la primera experiencia del experimento (partimos de las fichas ordenadas, las mezclamos, y las colocamos en fila con los ojos tapados). Al ver la grabación, todos seríamos capaces de identificar si estamos viendo el vídeo en la dirección del tiempo correcta (del pasado hacia el futuro) o hacia atrás. El aumento de entropía nos indica así una "flecha del tiempo", una dirección del tiempo del pasado hacia el futuro.     

Pensando es este ejemplo, quizás no te parezca tan espectacular el poder de la entropía. La probabilidad de obtener el sistema ordenado era bastante baja, pero tampoco era descabellado pensar que una de las veces podríamos obtener el sistema ordenado. Pues bien, piensa ahora en un sistema real, formado por millones y millones de moléculas. Por ejemplo, en 20 litros de un gas en condiciones normales hay aproximádamente 600.000.000.000.000.000.000.000 moléculas (Un 6 seguido de 23 ceros!!!!). Ahora imagina que queremos obtener un macroestado concreto para el que son compatibles un número de microestados bajo. La probabilidad de obtener un macroestado así es totalmente despreciable. ¡Ojo!: no nulo, pero tan ridículamente pequeño que podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que no lo veríamos nunca.

Pongamos algunos ejemplos reales:

- Si echamos café en un vaso de leche, lo que observamos será su difusión en el medio. No parece lógico pensar que todas las moléculas que forman el café quedasen agrupadas en un lugar concreto. El número de microestados compatibles con el macroestado "moléculas que forman el café agrupadas" es mucho menor que el macroestado en el que éstas están ocupando todo el medio.

- Si tenemos un gas contenido en la mitad de un recipiente separado por una pared y quitamos ésta, el gas se expandirá y ocupará todo el recipiente. Todas las moléculas del gas se mueven por el recipiente a una cierta velocidad. No hay ninguna ley física que impida que en un momento dado podamos ver todas las moléculas del gas ocupando otra vez únicamente la mitad del recipiente, pero ese macroestado tiene muchísimos menos microestados compatibles que el macroestado correspondiente a que el gas se encuentre ocupando todo el recipiente.


- La mayoría hemos experimentado que nos resulta bastante más fácil salir de un estacionamiento que aparcar. Al salir del estacionamiento el sistema evoluciona hacia un sistema con muchas más posibilidades. Sin embargo, para aparcar el sistema evoluciona hacia un sistema con muy pocas posibilidades.

- Si estás en tu casa en invierno con la calefacción y abres la ventana, el calor se escapará por la misma y nunca observarás lo contrario. Este ejemplo está directamente relacionado con el del gas contenido en la mitad de un recipiente separado por una pared.

Todo a nuestro alrededor ocurre con un aumento de la entropía sencillamente porque hay una probabilidad muy superior a que las cosas estén "desordenadas". 

Ya estamos preparados para poder relacionar los dos conceptos de entropía introducidos por Clausius y Boltzmann. Volvamos al ejemplo de la combustión en un cilindro con pistón. En las reacciones de combustión que se dan en los motores térmicos se forman gases que se mueven a gran velocidad, es decir, llevan una gran cantidad de energía. Esta energía es la que se intenta aprovechar para mover el pistón hacia arriba produciendo un trabajo: 




Como hemos visto, no toda esa energía puede transformarse en trabajo. Tal como se muestra en la figura anterior, la disposición de las moléculas en la situación 1 daría lugar a una fuerza mayor que la producida en la situación 2, ya que todas las moléculas se mueven justo en la dirección más favorable para empujar al pistón. Esto se traduciría en un mayor trabajo útil en la situación 1 (aún en este caso, también habría parte de la energía se disiparía).  

Sin embargo, la disposición de las moléculas de la situación 1 es muchísimo más improbable que la de la situación 2. Dicho de otra manera, hay un número muchísimo menor de microestados compatibles con la situación 1 que con la situación 2. La situación 2 tiene un mayor valor de entropía y es, por tanto, la situación más probable y la que sucede en realidad. Recuerda: los sistemas evolucionan de tal manera en que la entropía tienda a aumentar. En esta situación, parte de la energía cinética de las moléculas no es empleada en mover el pistón, sino que se transfiere a las paredes del cilindro. De esta manera parte de la energía se disipa en forma de energía térmica, que se transfiere al ambiente no pudiendo ser aprovechada para producir un trabajo útil. Ahora vemos claramente la relación entre la entropía definida por Clausius y la definida por Boltzmann.


La próxima vez que veas por internet alguna noticia sobre una máquina de movimiento perpetuo o un dispositivo que transforma energía en trabajo con un rendimiento del 100 %, podrás estar seguro de que te están vendiendo humo. 

¡En esta casa obedecemos las leyes de la termodinámica!






  
Referencias:

http://cuentos-cuanticos.com/2011/08/03/entropia/

http://crashoil.blogspot.com.es/2012/04/entropia.html

http://nadaesgratis.es/anxo-sanchez/la-entropia-esa-gran-desconocida-de-jose-a-cuesta

 

Esta entrada participa en la edición LIX del Carnaval de Física, alojado en

http://hadimension.blogspot.com.es/2015/05/bienvenidos-la-edicion-xli-del-carnaval.html.


   

 













domingo, 5 de abril de 2015

Pequeña oda a la ciencia




Abre los ojos. Observa el paisaje. Un amalgama de colores te inunda. Millones de fotones llegan a tus ojos. Partículas diminutas, discretas partes de energía que dependen directamente de la estructura más íntima de las cosas, de su esencia. La belleza de un paisaje. Una sensación forjada durante millones de años de evolución, de continuo cambio, que ahora tú puedes apreciar.




Levanta la vista hacia el firmamento en la noche. Céntrate en una estrella. Un pequeño punto de luz en medio de la oscuridad. Fotones que escaparon de su estrella hace muchísimo tiempo, tanto que puede que la estrella haya ya dejado de existir, llegan a ti. Piensa en el periplo de ese pequeño fotón. Piensa en su incesante viaje a través del espacio interestelar, piensa en los posibles planetas, asteroides, satélites, incluso posibles formas de vida que durante su viaje ha dejado atrás... y ahora llega a ti, ahora está en ti, ahora forma parte de ti. De su estrella directamente a formar parte de ti.






Levántate. Camina. Siente esa fuerza irresistible que te atrae hacia abajo. Es la Tierra deformando este gran escenario teatral donde todas las cosas suceden. Deformando el espacio-tiempo, atrapándote, obligándote a permanecer ligado a ella. No hay mayor demostración de conexión íntima entre La Tierra y tú que la irresistible fuerza que te liga a ella, que te atrapa...





Coge un vaso de agua. Bebe. Siente como se humedecen tus labios. Cómo millones de pequeñas partículas recorren tu boca y bajan por tu garganta. Diminutas partículas provenientes directamente del mismísimo comienzo del Universo  recorren tu cuerpo. Piensa en el arduo recorrido por el espacio y el tiempo que cada uno de esos átomos ha vivido desde su aparición. Como surgieron posiblemente de la nada, esa nada que lo es todo. Piensa en su estancia en estrellas, en nebulosas estelares, en quizás otro planeta, meteoritos, o en quizás otras forma de vida... Y ahora forman parte de ti. Y continuarán su historia cuando tú no estés... Quizás en otra persona, quizás en la Tierra, o quizás en otro planeta, o en una estrella... Eres polvo de estrellas y en polvo de estrellas te convertirás.





Alarga tu brazo. Acaricia a la persona que quieres. ¿Lo sientes? Una emoción, una sensación electrizante. Nubes de electrones de tu mano jugueteando con las de esa persona, millones de diminutas fuerzas que se transmiten a través de tus terminaciones nerviosas, y que tu mente interpreta como un sentido, como un sentimiento...





    
¿Dónde puede haber mayor belleza que en los secretos de la naturaleza?


viernes, 27 de marzo de 2015

Y llegó Einstein, y la masa se hizo energía.






Piensa en la primera ecuación que te venga a la cabeza. Seguro que estás pensando en la misma que yo. Vale, la cosa es un poco absurda pues si estás leyendo esto ya te habrás fijado ella. La has visto infinidad de veces. Es la más famosa de todos los tiempos. Como ya sabes, nos referimos a la archiconocida ecuación:

Ecuación 1


¿Entiendes realmente su significado? ¿Sabes cómo se llega a ella?

Esta entrada es continuación de dos entradas anteriores del blog sobre la Teoría de la Relatividad Especial del genial Albert Einstein. Hablamos de “Teoría de la Relatividad de Einstein… ¡Qué Especial eres!" y ¿Qué es el Espacio-Tiempo?” Si no las has leído te recomiendo que lo hagas. Con esta entrada finaliza esta serie, en la que hemos intentado dar una idea general sobre la fascinante Teoría de Relatividad Especial de Einstein. En la primera entrada deducimos a partir de relaciones matemáticas muy sencillas la ecuación de la dilatación temporal, poniendo de manifiesto que el tiempo es diferente dependiendo de la velocidad.


Ecuación 2. Esta ecuación pone de manifiesto que un observador verá pasar el tiempo más despacio de otro, que se mueve a una cierta velocidad. A velocidades pequeñas respecto a las de la luz,  el factor de Lorentz = 1, por lo que t = T

Tras descubrir que tiempo y espacio no son absolutos, es decir, que diferentes observadores no tendrán por qué medir los mismos valores de estas magnitudes, en la segunda entrada iniciamos una búsqueda de magnitudes invariantes (que no cambian su valor, independientemente de quién sea el observador). En ella descubrimos como la combinación del espacio con el tiempo nos conduce a una representación de la realidad con cuatro dimensiones (tres espaciales y la temporal) en la que podemos medir una magnitud, las distancias espacio-temporales, en las que todos los observadores están de acuerdo, es decir, que obtienen el mismo valor. Vimos que tiempo y espacio son relativos, maleables, pues dependen de la velocidad del observador, pero sin embargo, en la combinación de ambos las distancias espacio-temporales entre dos eventos medidas por diferentes observadores dan como resultado el mismo valor.


Figura 1. En el espacio-tiempo tetradimensional, diferentes observadores que se mueves a una cierta velocidad entre ellos, medirán diferentes valores de espacio (xA y xA’) y tiempo (tA y tA’) para un mismo evento (A, A’), pero sin embargo, el valor de “s” que calculen ambos (la longitud de la flecha), será el mismo.



Ecuación 3

Con estas dos entradas hemos puesto los cimientos para poder avanzar hacia la obtención de la famosa ecuación. La pregunta que nos hacemos ahora es si en el espacio-tiempo habrá otras cantidades invariantes, es decir, que no dependan de la velocidad de los observadores. Descubriremos que sí, y ello nos conducirá a la deducción de la ecuación. Si logramos entender el proceso, cosa que espero, tendrás la gran satisfacción de haber conseguido comprender una gran parte de esta fascinante teoría, tan conocida como incomprendida. Vamos allá.


En nuestra búsqueda de nuevas cantidades invariantes en el espacio-tiempo examinaremos una nueva medida de una magnitud que se conoce desde hace muchísimos años: la cantidad de movimiento o momento lineal. El momento lineal es una magnitud física que depende de la velocidad de un objeto y su masa. Todos sabemos que no tiene el mismo efecto el impacto de una pequeña bola de papel que se mueve a 40 km/h, que un camión de 20 toneladas que se mueva a esa misma velocidad. La experiencia pone de manifiesto que los efectos de las colisiones de unas cosas con otras dependen tanto de sus masas como de sus velocidades. Pues bien, en física clásica se define el momento lineal como el producto de la masa por la velocidad:


Ecuación 4

De esta manera, por ejemplo, un objeto de 1 kg que se mueva a 5 m/s tendrá un momento lineal de 1x5 = 5 kgm/s.


Esta ecuación resulta muy útil porque una propiedad importante de la magnitud momento lineal es que se conserva: es lo que denominamos ley de conservación del momento lineal. Esto quiere decir que, por ejemplo, en la colisión de dos objetos que se mueven a distinta velocidad (y tienen, por tanto, diferentes momentos lineales) la resultante (suma) de los momentos lineales de los dos objetos debe tener el mismo valor antes y después del choque. 

Un ejemplo del cumplimiento de este principio es el sistema formado por un cañón-bola de cañón: antes del disparo el momento lineal total es cero pues los momentos lineales de la bola y el cañón son cero, ya que sus velocidades son nulas. La Ley de Conservación del Momento Lineal nos dice que después del disparo el momento lineal total también debe ser cero: esta es la razón por la que el cañón experimenta un retroceso:


Figura 2


Las leyes de conservación son muy útiles en física, en general cuantas más leyes de conservación podamos aplicar a un problema, más fácil resultará encontrar su solución. Hay otra ley de la conservación muy importante: la Ley de la conservación de la energía. Esta ley, conocida desde hace mucho tiempo también, básicamente quiere decir que la energía no puede crearse ni destruirse, sino que únicamente puede cambiar de una forma de energía a otra.


Una de las formas en las que puede manifestarse la energía es mediante la energía cinética: es la energía asociada a una partícula en movimiento debido a su velocidad. La expresión para calcular la energía cinética viene dada por la siguiente expresión:


Ecuación 5


Así, conociendo la masa y la velocidad de un objeto, podemos calcular su energía cinética asociada. Cuanto mayor sea la velocidad de un objeto, mayor será su energía cinética.

De momento dejaremos aparcada la energía para centrarnos en el momento lineal. Nuestra tarea ahora será la de encontrar el equivalente del momento lineal como magnitud invariante en el espacio-tiempo.

En el espacio tridimensional (sin tener en cuenta la dimensión temporal), el momento se puede representar mediante un vector:


Figura 3


Un vector no es más que la representación de una magnitud que tiene una dirección concreta. En el ejemplo de la Figura 2, un objeto esférico con masa m se ha desplazado una cierta distancia (Δx) en un intervalo de tiempo (Δt), por lo que su velocidad será Δx/Δt. La flecha representa al vector momento lineal, cuyo valor (longitud de la flecha) se obtiene multiplicando la masa del objeto por su desplazamiento y dividiéndola por el intervalo de tiempo, y cuya dirección es la que indica la dirección de la flecha.

Según la ecuación 4, el momento vendría dado por:


Ecuación 6


La cuestión ahora será encontrar un sustituto de esta expresión para nuestro espacio-tiempo tetradimensional, mediante el empleo de magnitudes invariantes. Tal como vimos en la entrada anterior y en la ecuación 3, la distancia invariante en el espacio-tiempo viene dada por:


Ecuación 7. El símbolo Δ (incremento), indica que se trata de intervalos, es decir, una diferencia entre un estado inicial y final.

Recuerda que “Δs” es la única distancia que no cambia para los posibles observadores (cosa que no sucede con “Δt” y “Δx”, pues diferentes observadores podrán medir diferentes valores de ellos). Como en la obtención del vector momento lineal en el espacio-tiempo debemos utilizar cantidades invariantes, la distancia “Δx” que aparece en la ecuación del momento lineal en el espacio tridimensional (ecuación 6) deberemos sustituirla por “Δs” en el espacio-tiempo. Ya hemos avanzado algo pero, ¿cuál será el sustituto del “Δt” para nuestro espacio-tiempo? Debemos coger una cantidad invariante y que además tenga unidades de tiempo, por ejemplo segundos. En nuestro modelo de cuatro dimensiones hay una única posibilidad: la magnitud correspondiente a “Δt” del espacio tridimensional para nuestro espacio-tiempo es el cociente entre “Δs” y “Δc”. Ambas son cantidades invariantes y su cociente da como resultado unidades de tiempo: 


Repetimos, pues es una de las claves para poder continuar: para la construcción del vector momento en nuestro espacio-tiempo debemos sustituir Δx y Δt de la ecuación 6 por las siguientes magnitudes invariantes:


Figura 4

De esta manera, la expresión del momento queda como:


Ecuación 8


Es decir:

Ecuación 9

El valor del vector momento lineal en el espacio-tiempo es el producto de la masa del objeto por la velocidad de la luz, una ecuación semejante a la del momento en el espacio de tres dimensiones (p = mv), pero en la que la velocidad que utilizamos ahora es la velocidad de la luz. Si has leído el anterior post, esto no debería sorprenderte: la velocidad a la que se mueven los objetos a través del espacio-tiempo es la velocidad de la luz, “c”.

De esta manera nuestra flecha del momento en el espacio-tiempo tendrá un valor de "mc" y apuntará en la dirección en la que el objeto viaja a través del espacio-tiempo.


Figura 5


Casi hemos construido nuestro vector momento en el espacio-tiempo, pues todavía nos falta encontrar sus expresiones en los ejes espacial y temporal. Para ello, antes debemos fijarnos con más detalle en la expresión de Δs/c, nuestro sustituto de “Δt” que aparece en la ecuación 6.


Teniendo en cuenta la ecuación 7:

Ecuación 10



Ecuación 11


Y teniendo en cuenta la expresión de gamma (ecuación 2):

Ecuación 12. Gamma cuantifica cuanto se ralentiza el tiempo para alguien que observa a un reloj en movimiento. Tal como explicamos en el primer post, si la velocidad “v” es pequeña, la expresión será igual a la unidad, lo que significa que no habrá apenas retraso en el reloj,  tal como ocurre en la mayoría de las experiencias cotidianas.  

El equivalente a Δt de la ecuación 6 en nuestro espacio-tiempo podemos expresarlo como sigue:

Ecuación 13

Es decir, el equivalente al intervalo de tiempo en nuestro espacio-tiempo es igual a:

Ecuación 14


Con estas herramientas ya estamos en disposición de poder definir completamente el vector momento en nuestro espacio-tiempo, obteniendo las expresiones de las componentes en el eje espacial y temporal.

Para la obtención de las componentes del vector momento en las direcciones espacial y temporal procederemos de la misma manera que con el vector momento lineal en el espacio tridimensional. Recuerda: el valor del vector momento lineal (la longitud de la flecha), se obtiene multiplicando la masa del objeto por su desplazamiento y dividiéndola por el intervalo de tiempo. De esta manera, si partimos de la representación del desplazamiento “s” en nuestro diagrama espacio-temporal, tal como vimos en la entrada anterior:

Figura 6


El vector momento lineal tendrá la misma dirección que “s”, un tamaño de “mc” y para el cálculo de las componentes en el eje espacial y temporal bastará con multiplicar las distancias en los ejes (“x” y “ct”) por la masa y dividir por el equivalente a Dt en nuestro espacio-tiempo, que como hemos visto es igual a Δs/c = Δt/gamma. De esta manera las componentes del vector momento quedan como sigue:


-                                      -  Componente del vector momento en el eje espacial:
    
    
     
Ecuación 15

-                                     -  Componente del vector momento en el eje temporal:
    
      
     
Ecuación 16

      
   De esta manera la representación del vector momento en nuestro espacio-tiempo sería:


      
Figura 7
       
      La componente en eje espacial es igual a gammaxmv. Si te fijas, ésta es una expresión mejorada de la correspondiente en el espacio tridimensional (mv) que incluye al factor de Lorentz (gamma) como corrección. Así, para velocidades pequeñas gamma tiene un valor de 1 y la expresión queda como “mv”. El resultado es muy interesante, pues para velocidades pequeñas obtenemos la expresión correspondiente al momento lineal en física clásica, pero aún más interesante es lo obtenido en el eje temporal.

Estamos ya muy cerca de la obtención de E = mc2. Para esto, nos centraremos ahora en la componente del vector en el eje temporal: “gammaxmc”.

Recuerda que el momento lineal es interesante para nosotros porque se conserva. Esto quiere decir que si un conjunto de partículas se mueven a cierta velocidad y colisionan, los momentos de cada partícula serán en general diferentes a los de antes de la colisión, pero la suma total de todos ellos será la misma que la de antes de la colisión. Si el momento se conserva, se deben conservar también las componentes del momento en los dos ejes (espacial y temporal). Así, aplicando la ley de la conservación para el momento en la dirección espacial obtenemos la antigua ley de conservación del momento en física clásica, pero mejorada con el Factor de Lorentz (gamma) , que depende de la velocidad.

Y para el eje temporal hemos obtenido otra ley de conservación: la conservación de “gammaxmc”.

Sigamos el siguiente razonamiento, ya queda poco:

Si gammaxmc se conserva también debe hacerlo gammaxmc2 pues lo único que hacemos es multiplicar por una constante, “c”.

¿Y qué representa gammaxmc2?

Para velocidades pequeñas gamma puede sustituirse por la siguiente expresión:

Ecuación 17

Esta aproximación es especialmente eficaz para velocidades “pequeñas”. Tanto más precisa cuanto menor sea la velocidad. Por ejemplo, a una velocidad de una décima parte de la velocidad de la luz, el valor de gamma utilizando las dos expresiones da como resultado 1’00504 y 1’00500 respectivamente, unos valores muy parecidos. Estamos hablando de una décima parte de la velocidad de la luz, es decir, una velocidad de 30.000 km/s, unos 100 millones de km/h. Realmente es una velocidad altísima desde nuestro punto de vista. Y a menor velocidad, la precisión es aún mayor.

Si sustituimos la aproximación de la ecuación 17 en la expresión gammaxmc2:

Ecuación 18

Puede que todavía no seas consciente, pero si me has seguido hasta aquí, ya tienes ante tus ojos el significado de la famosa ecuación.



Presta atención:

Para velocidades pequeñas respecto a la luz la expresión indicada en la ecuación 18 se conserva. Como hemos visto en la ecuación 5, 1/2mv2  es la expresión de la energía cinética, que mide la cantidad de energía que tiene un objeto debido a su velocidad. Así pues hemos encontrado una nueva expresión de conservación que consta de una primera parte mc2 y una segunda parte que corresponde con una energía, por lo que parece razonable identificar esta expresión con la energía, sólo que ahora la energía consta de dos partes, una debida a la velocidad del objeto y la otra debido a únicamente a su masa. En resumen, gammaxmc2, es la expresión de conservación de la energía en el espacio-tiempo.

¿Y cuál es la energía de un objeto que se encuentra en reposo? Si la velocidad, “v”, es nula, como hemos visto gamma tiene un valor de uno, por lo que la expresión de la energía para un objeto en reposo es:
Aquí está. Hemos deducido la ecuación. Lo que la ecuación nos indica exactamente es que la energía de un objeto en reposo es igual al producto de su masa por la velocidad de la luz al cuadrado.

Hemos visto que la representación del momento lineal en el espacio-tiempo nos conduce, no sólo a una nueva versión mejorada de la conservación del momento lineal sino a una también mejorada versión de la conservación de la energía.

Observa la ecuación 18. Imagina un conjunto de partículas en movimiento. Lo que la ecuación nos indica es que al sumar la energía cinética de todas las partículas más su masa multiplicada por “c” al cuadrado, obtenemos algo que no varía. Pero no sólo indica esto, sino que además esconde otra consecuencia mucho más fascinante: no hay nada en contra de la posibilidad de que parte de la masa se transforme en energía cinética y viceversa, siempre que su suma se conserve.

Masa y energía son intercambiables entre sí, y la energía que teóricamente podemos extraer de una masa “m” en reposo viene dada por la ecuación E = mc2.

Antes de Einstein, masa y energía parecían totalmente independientes, tras Einstein, descubrimos que masa y energía son manifestaciones de una misma cosa. Tras Einstein descubrimos que es posible transformar masa en energía, y viceversa. De hecho, este fenómeno ocurre constantemente en la naturaleza y sin él, no estaríamos aquí.

Piensa en el proceso de combustión de un trozo de carbón. Tras el mismo, si fuésemos capaces de poder pesar todos los productos obtenidos (cenizas y gases de combustión) comprobaríamos que la masa ha disminuido un poco. Una cantidad tan minúscula que nadie había reparado en ella antes de Einstein. Sin embargo, esa minúscula cantidad es precisamente la que ha dado lugar al calor desprendido en la reacción de combustión, ya que esa minúscula cantidad de masa se ha transformado en calor. El calor generado cuando quemamos un combustible proviene de la transformación de una pequeñísima parte de la masa en energía. Pongamos un ejemplo con números para entenderlo mejor:

Si quemamos 1 kg de carbón se desprenden aproximadamente 17 millones de Julios de energía en forma de calor (la unidad de energía es el Julio). La energía desprendida proviene de la transformación de una parte de la masa en energía. Así, podemos calcular la cantidad de carbón que ha sido transformada en energía mediante la ecuación E = mc2 m=E/c2= 17.000.000/(300.000.000)2 = 0,0000000002 kg (menos de una millonésima de gramo). Como puedes apreciar, una minúscula cantidad de masa da lugar a una gran cantidad de energía.


Una manera más eficiente de aprovechar la relación entre masa y energía se da en el interior de la tierra o en las centrales nucleares, mediante la fisión nuclear (proceso en el que átomos pesados se dividen en otros más ligeros, con desprendimiento de energía). Como en una reacción de combustión, la suma de la masa de los productos es inferior a la de los reactivos, y la diferencia es lo que se ha transformado en energía. Otro ejemplo se da en los objetos astronómicos más importantes para la vida en el Cosmos: las estrellas. En el interior de las estrellas se dan reacciones nucleares de fusión (combinación de átomos ligeros para formar átomos más pesados) en las que se obtienen energías del orden de un millón de veces superior a la producida en los procesos de combustión. En nuestro sol, cada segundo se transforman 4 millones de toneladas de masa en energía. Aún así, la transformación de masa en energía en estos procesos sigue representando un porcentaje ridículo de la masa total. Como vemos, la transformación completa de masa en energía es extremadamente difícil. Sin embargo, hay un proceso en el que dicha transformación se produce de forma completa: es el proceso de aniquilación de una partícula con su antipartícula, como la aniquilación positrón-electrón. Esta sería una buena forma de obtener energía, pero desgraciadamente la energía necesaria para la obtención de una antipartícula supera con creces a la producida en la aniquilación.


Como último ejemplo, bastante espectacular, citaremos el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del CERN situado en la frontera franco-suiza, donde se hacen chocar protones  que viajan casi a la velocidad de la luz, provocando un gran desprendimiento de energía que da lugar a la formación de otras partículas. No hay lugar sobre la Tierra donde se ponga más de manifiesto la comprobación experimental de la ecuación de Einstein. En el LHC parte de la energía tras la colisión se transforma en nuevas partículas y parte en energía cinética de esas mismas partículas. 

Un último apunte sobre la ecuación. En la misma aparece “c”, la velocidad de la luz. Parece como si la luz jugara un papel fundamental en la propia estructura del espacio-tiempo y en la energía-masa. De hecho es así, pero no en el sentido que crees. Olvida por un momento la definición habitual de “c” como la velocidad de la luz y asimílala a la siguiente: la constante “c” es un límite cósmico de velocidad que no puede ser superado.

Supón una partícula sin masa que viaja a una velocidad cuyo valor es este límite cósmico, “c”. En principio podrías pensar que no puede llevar ninguna energía asociada, pues si “m” es cero, de la ecuación E = mc2, obtendríamos que E sería 0. Pero hay un detalle importante: si la masa es nula el valor de gamma se hace infinito (puedes comprobarlo en la ecuación 12), por lo que el valor de la energía queda como la multiplicación de 0 por infinito (E = gammaxmc2 = infinitox0), obteniendo lo que en matemáticas se denomina una indeterminación. Esto quiere decir que el producto no tiene por qué dar como resultado cero, de hecho, para este caso particular (m = 0 y v = c) la energía no es cero. Lo que sucede es que toda la energía asociada a una partícula sin masa es empleada por la misma en forma de energía cinética, adquiriendo el máximo valor que puede darse en el Universo para la velocidad: “c”. Es una manera diferente de entender “c”. El valor de “c” no surge como consecuencia de la existencia de la luz, más bien la velocidad de la luz tiene un valor de “c” porque al estar formada por partículas sin masa, se ven obligadas a viajar con una velocidad correspondiente al valor del límite cósmico.

Hasta aquí con la Teoría de la Relatividad Especial de Einstein. A lo largo de tres entradas hemos ido construyendo la teoría hasta llegar a la ecuación más famosa de la historia. A partir de únicamente dos sencillos principios, el de que “el valor de la velocidad de la luz es una constante independientemente de la velocidad de la fuente emisora de luz” y el de que “las leyes físicas deben ser las mismas para todos los sistemas inerciales (sistemas con velocidad constante)” hemos deducido la expresión de la dilatación temporal, hemos pasado de una concepción de espacio y tiempo como magnitudes independientes a un nuevo escenario combinación de los mismos: el espacio-tiempo, y por último, a partir de este nuevo escenario hemos descubierto como la masa y la energía tampoco son magnitudes independientes, sino que forman parte de un mismo fenómeno.


Una vez más, se pone de manifiesto hasta que punto nuestra escala condiciona lo que percibimos como “realidad”. Pero ésta es mucho más rica y fascinante de lo que apreciamos…


Como nota final, tenemos que decir que toda esta teoría está desarrollada para sistemas inerciales, sin aceleración. Pero está claro que en el Universo entran en juego también las aceleraciones, sin ir más lejos tenemos la aceleración de la gravedad. A Einstein le costó varios años introducir la gravedad en su teoría, lo que le condujo a la Teoría de la Relatividad General...



Bibliografía: ¿Por qué E = mc2? Brian Cox y Jeff Forsaw. ISBN: 978-84-9992-296-6    







“Esta entrada participa en la edición LX (marzo-abril de 2015) del Carnaval de la Física cuyo blog anfitrión es ::ZTFNews.”